Un smart contract es un programa informático creado para ejecutarse de forma autónoma conforme las partes de un acuerdo van cumpliendo sus cláusulas.
Estos benefician enormemente al consumidor ya que eliminan intermediarios, son inmutables y aportan una gran seguridad y transparencia gracias a la tecnología blockchain.
Esto se debe a que la tecnología blockchain es un registro o base de datos pública a la que todo el mundo tiene acceso y está alojada en nodos distribuidos por todo el mundo. Nodos que cualquier persona con acceso a internet, un disco con 250GB y 2GB de memoria RAM puede tener en su casa.
Al alojarse en la blockchain y esta ser pública, el código es visible por todo el mundo por lo que esto proporciona una transparencia total, asegurando que se ejecute de forma correcta.
Una de las ventajas más importantes de los smart contracts es que eliminan el factor de confianza en un tercero, ya sea una persona, institución o gobierno, puesto que son código que todo el mundo puede ver y que se ejecuta de forma autónoma, por lo que sólo ejecutarán la acción para la que están programados.
¿Cómo funciona un smart contract?
Básicamente un smart contract está programado para que si se da la situación “A”, ejecutará la acción “B”, y nada podrá evitar que se ejecute la acción “B” si se da la situación “A”, al contrario de cualquier otro tipo de contrato. Esto se da gracias a la inmutabilidad de la blockchain, es decir que una vez los datos son registrados en esta, nunca se podrán modificar.
El futuro de los contratos
Podemos destacar 5 grandes ventajas de los smart contracts:
- Inmutabilidad
- Eliminación del factor confianza
- Eliminación de intermediarios
- Reducción de costes y tiempos de espera
- Seguridad y transparencia
Como has podido observar los smart contracts son toda una revolución para el mundo de los contratos y tienen un gran potencial para todo tipo de aplicaciones y sectores.