Sam Bankman Fried donó más de 39 millones a la campaña presidencial de Joe Biden y el partido demócrata.
El ex CEO del Exchange FTX, ahora detenido en las Bahamas fue el segundo mayor donante de la campaña del partido demócrata al Gobierno de los Estados Unidos con casi 39,5 millones de dólares, tan solo por detrás del empresario George Soros.
Los datos que siguen saliendo tras la declaración en bancarrota tanto de FTX como de Alameda Research no dejan de sorprender, y es ahora la Casa Blanca la que deberá dar respuestas a unas donaciones posiblemente efectuadas con fondos robados a los inversores.
Según los datos recopilados por OpenSecrets.org, Bankman habría realizado donaciones a grupos políticos afines al partido demócrata pocos meses antes del colapso de sus empresas. Aunque la gran suma de sus donaciones se hizo para la campaña electoral “Mid-Term” en el verano de este mismo año, Bankman Fried también fue un importante donante para la campaña presidencial de Joe Biden en 2020 con nada menos que 5,2 millones de dólares.
La gran pregunta es si estos fondos están relacionados o no con el fraude por el que se le acusa en los tribunales estadounidenses. Tras el colapso de FTX nuevos informes han ido mostrando como la dirección de la compañía con sede en las Bahamas tomaba habitualmente fondos de los clientes para utilizarlos en otras empresas del grupo o directamente para su uso personal. En este sentido, no es descabellado pensar que Bankman Fried pudo utilizar los fondos robados a los clientes del Exchange para financiar sus donaciones políticas.
¿Devolverá Biden el dinero de las donaciones a los inversores?
En las ultimas semanas otros políticos que habían recibido fondos de Bankman Fried o FTX han comenzado a devolver (o donar a otras organizaciones) estos fondos, tratándose de desmarcar del entramado de SBF. En la actualidad tan solo el 3% de estas contribuciones han sido devueltas o redestinadas a actividades sin animo de lucro. Entre los políticos que aun guardan silencio se encuentran figuras de la talla de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi o el mismísimo presidente de los EEUU, Joe Biden.
Antes las preguntas de los periodistas, la secretaria de prensa de la Casa Blanca ha rehusado contestar amparándose en una ley que data de 1939 (Ley Hatch), que permite a los cargos públicos no electos políticamente no realizar declaraciones políticas. Curiosamente muchos funcionarios de la administración Biden han hecho declaraciones políticas, sin reparar anteriormente en la Ley Hatch.
El presidente Joe Biden, a quien no le es aplicable esta ley al ser un cargo político aun guarda silencio.